Cada año prometemos lo mismo: comer mejor, hacer ejercicio. Y casi siempre, esos propósitos desaparecen en semanas. No es falta de voluntad; es que intentamos cuidar la salud con buenas intenciones, cuando lo que necesitamos es una estrategia clara, científica y alineada con la vida que queremos vivir.
La salud no es una talla ni una moda. Es la capacidad de vivir con energía, claridad mental, movilidad e independencia hoy y en el futuro. La Medicina de Longevidad busca exactamente eso: no solo vivir más años, sino vivirlos con calidad, actuando sobre las causas profundas del envejecimiento antes de que aparezcan las enfermedades.
El Dr. Javier Coindreau, médico con más de 25 años de experiencia clinica, especialista en medicina de longevidad y fundador de Coindreau Medical Coaching propone estos 12 principios, que no son tareas, sino nuevas formas de entender y construir la salud desde la ciencia, el acompañamiento médico y un enfoque profundamente humano.
1. Pensar en prevención a largo plazo, no solo en chequeos | Un chequeo tradicional ve el presente; la medicina de longevidad anticipa el futuro. A través de estudios que detectan señales tempranas de enfermedades graves (inflamación, resistencia a la insulina, salud vascular, riesgo genético), es posible actuar cuando aún hay control. Detectar antes es ganar tiempo.
2. Medir lo que realmente predice salud | Bajar de peso no siempre es sinónimo de estar sano. Biomarcadores como sensibilidad a la insulina, perfil lipídico avanzado, VO₂max o variabilidad cardiaca sí predicen longevidad y calidad de vida. Cuando mejoras estos indicadores, el cuerpo responde de forma natural.
3. Tratar el estrés como un riesgo biológico | El estrés crónico envejece el cuerpo, afecta el cerebro y debilita el sistema inmune. No se elimina, se regula. Con apoyo profesional, estrategias clínicas y cambios de hábitos, se puede transformar la forma en que el cuerpo responde al estrés.
4. Priorizar el ejercicio con mayor impacto | No todo el ejercicio aporta lo mismo a tu salud futura. Para vivir más años con energía e independencia, es importante combinar tres tipos de entrenamiento:
- Zona 2 (150 minutos a la semana): Es el ejercicio de intensidad moderada, donde puedes hablar pero no cantar (como caminar rápido, bicicleta o nadar). Ayuda a que tus células produzcan mejor energía y reduce el riesgo de enfermedades metabólicas.
- Zona 4 (una vez por semana): Es ejercicio intenso, donde te falta el aire y solo puedes decir pocas palabras (como intervalos rápidos al correr o subir escaleras). Fortalece el corazón y los pulmones y está directamente relacionado con una mayor expectativa de vida.
- Entrenamiento de fuerza (2 a 3 veces por semana): Incluye pesas, ligas o ejercicios con tu propio peso. Mantener músculo es clave para proteger tu metabolismo, tus articulaciones y tu independencia con el paso de los años.
La combinación de estas tres zonas de entrenamiento es una de las herramientas más poderosas para cuidar tu salud a largo plazo, más allá de solo «hacer ejercicio».
5. Sostener hábitos con acompañamiento | La información no cambia hábitos; la estructura y el acompañamiento sí. El coaching médico ayuda a convertir diagnósticos en acciones realistas y sostenibles. Pequeños hábitos repetidos diariamente transforman la trayectoria de la vida.
6. Decidir desde el propósito, no desde el miedo | El miedo no sostiene cambios. El propósito sí. Cuando la salud se conecta con lo que da sentido a tu vida —familia, trabajo, presencia— la motivación se vuelve sólida. Como decía Viktor Frankl: quien tiene un «para qué», puede soportar casi cualquier «cómo».
7. Construir una relación médica empática | Una buena relación médico-paciente mejora resultados, adherencia y bienestar. La consulta debe ser un espacio humano, sin prisa, donde médico y paciente trabajen como aliados.
8. Diseñar tu longevidad cognitiva | El deterioro cognitivo no es inevitable. Con nutrición adecuada, manejo de inflamación, control del estrés y estimulación mental, es posible proteger memoria, enfoque y claridad mental a largo plazo.
9. Tratar el sueño como una terapia | Dormir bien repara el cuerpo, regula hormonas y protege el cerebro. Dormir entre 7 y 9 horas, con buena calidad, reduce inflamación, mejora metabolismo y disminuye el riesgo de enfermedades crónicas. El sueño es una de las intervenciones más poderosas en longevidad.
10. Usar la nutrición como medicina | Una alimentación tipo mediterránea, rica en fibra, omega-3, polifenoles y alimentos naturales, reduce inflamación y mejora la sensibilidad a la insulina. Lo que comes actúa como un medicamento diario; idealmente debe ser personalizado por un experto.
11. Invertir en relaciones que prolongan la vida | Las relaciones sólidas son uno de los mayores predictores de longevidad. La ciencia lo confirma: la calidad de nuestros vínculos impacta la salud tanto como el tabaco o el alcohol. No se envejece mejor solo.
12. Tratar a tu «yo del futuro» como tu mayor proyecto | Cada decisión diaria construye al adulto mayor que serás. No desde el miedo a envejecer, sino desde el respeto por tu futuro. La longevidad se planea, se acompaña y se construye hoy.
Este año no se trata de sumar propósitos, sino de cambiar la forma en que piensas tu salud. No desde la urgencia, sino desde la visión. No desde la improvisación, sino desde la ciencia y el acompañamiento. La salud sostenible es un proyecto estratégico, humano y compartido. Pensar diferente es el primer paso para vivir diferente.




























