¿Qué es el vitiligo?
El vitiligo es una enfermedad autoinmunitaria crónica que provoca la pérdida de pigmentación en áreas de la piel, resultando en manchas blancas o claras. Esto ocurre cuando los melanocitos, las células responsables de producir melanina (el pigmento que da color a la piel, cabello y ojos), son destruidos o dejan de funcionar.
Causas y factores de riesgo
Aunque la causa exacta del vitiligo no se conoce completamente, se cree que está relacionado con:
- Trastornos autoinmunitarios, donde el sistema inmunológico ataca por error a los melanocitos.
- Factores genéticos; aproximadamente el 20% de las personas con vitiligo tienen un familiar con la enfermedad.
- Factores desencadenantes como el estrés, quemaduras solares o lesiones en la piel.
Síntomas
El síntoma principal es la aparición de manchas despigmentadas en la piel. Estas pueden:
- Aparecer en cualquier parte del cuerpo, incluyendo cara, manos, brazos, pies y áreas alrededor de orificios corporales.
- Ser simétricas (vitiligo no segmentario) o limitarse a un solo lado del cuerpo (vitiligo segmentario).
- Afectar también al cabello, cejas, pestañas y mucosas, volviéndolos blancos o grises.
Tratamiento
No existe una cura definitiva para el vitiligo, pero hay tratamientos que pueden ayudar a restaurar el color de la piel o unificar el tono:
- Terapias tópicas: Cremas con corticosteroides o inhibidores de la calcineurina.
- Fototerapia: Exposición controlada a luz ultravioleta B de banda estrecha (UVB).
- Tratamientos quirúrgicos: Como injertos de piel o trasplante de melanocitos en casos específicos.
Impacto emocional y social
Aunque el vitiligo no es contagioso ni pone en riesgo la vida, puede afectar la autoestima y bienestar emocional de quienes lo padecen, especialmente debido a su visibilidad. El apoyo psicológico y la educación sobre la enfermedad son fundamentales para mejorar la calidad de vida de los pacientes.