Octubre es reconocido mundialmente como el Mes Rosa, un periodo dedicado a la concientización sobre el cáncer de mama, la importancia de la prevención y la detección temprana. Sin embargo, también es necesario hablar de lo que sucede después: los cambios físicos y emocionales que enfrentan muchas mujeres durante y después del proceso.
Además de la lucha y recuperación, existen consecuencias y síntomas poco visibilizados que impactan directamente en la zona íntima, como la resequedad vaginal, dolor en las relaciones sexuales, disminución del deseo sexual y hasta incontinencia urinaria. Estos efectos pueden afectar no solo la salud física, sino también la autoestima y la vida sexual de las mujeres, repercutiendo en su bienestar integral.
Es por ello que acudir con expertos en medicina regenerativa y funcional genital resulta fundamental. La Dra. Ana Hernández, experta en bienestar íntimo y ginecoestética, acompaña a las mujeres en esta etapa ofreciendo protocolos y tratamientos libres de hormonas y tóxicos que ayudan a recuperar la función íntima, mejorar la lubricación, incontinencia urinaria, disminuir dolor y molestias y, sobre todo, recuperar la seguridad en sí mismas.
«Durante y después de un proceso tan fuerte como el cáncer de mama, no se trata únicamente de sobrevivir, sino de volver a vivir plenamente. La salud íntima y sexual es parte esencial del bienestar femenino, y debe ser atendida con la misma importancia que el resto del cuerpo», señala la Dra. Hernández.
En este Mes Rosa, además de promover la autoexploración y la detección oportuna, es vital recordar que la recuperación también incluye cuidar el área íntima y la sexualidad femenina. Con el acompañamiento de especialistas, las mujeres pueden mantener su salud integral, fortalecer su autoestima y disfrutar de una vida plena después del proceso.