- Se trata de una mascota virtual que responde a la tendencia actual de juguetes sustentables y educativos
- Con FungiPort, niños y jóvenes cultivan de manera fácil y divertida una planta, al mismo tiempo que aprenden valores y desarrollan habilidades
- El dispositivo ha causado enorme entusiasmo entre padres de familia y educadores
FungiPot, una mascota inteligente y diferente, combina lo digital y lo natural en una experiencia única, diseñada para inspirar a niños y jóvenes a descubrir, aprender y cuidar del medio ambiente a través del juego. FungiPot, y es mucho más que una mascota: es una experiencia interactiva que enseña responsabilidad, empatía y conciencia ambiental de una forma divertida y sin pantallas.
Con esta mascota interactiva, sus usuarios además de divertirse, cuidan de algo real, tangible y vivo: una planta. Funciona de esta manera: además de la maceta, el dueño recibe semillas de pasto y nube, dos especies sencillas de cultivar. Para garantizar el éxito, también se incluyen sustratos de tierra en cápsula, instrucciones paso a paso y una pipeta que ayuda a regar con la cantidad adecuada de agua. Por su parte, el dispositivo incorpora tres sensores que miden humedad (detecta si la tierra necesita agua), luz (mide si la planta recibe la cantidad suficiente de sol) y temperatura (controla que el entorno no sea demasiado frío o caluroso).
Cuando alguno de estos factores está fuera de rango, FungiPot envía señales visuales o sonoras, motivando a su dueño a actuar. Esto lo hace único en la categoría de juguetes educativos y eco-friendly. También hay que destacar que, a diferencia de los kits de ciencia más tradicionales, FungiPot no es solo un experimento puntual, sino un proceso vivo y continuo.
Incluso motiva el despertar el interés en la ciencia, la tecnología y la ecología, Fungipot fomenta valores esenciales, como: responsabilidad y rutinas saludables, ya que los usuarios deben cuidar diariamente de un ser vivo, inculcando hábitos de constancia y disciplina que son vitales en el crecimiento personal; paciencia y autocontrol: al esperar los ciclos naturales de la planta, se enseña a los niños el valor de la paciencia y a comprender que los resultados requieren dedicación; empatía y conexión emocional, ya que FungiPot permite desarrollar una conexión profunda y afectiva con la planta, generando una sensibilidad hacia la vida y la naturaleza; pensamiento lógico y observación científica, esto porque al interpretar señales y cambios en el organismo, los pequeños aprenden sobre causa y efecto, fortaleciendo el razonamiento lógico y la observación crítica.
Por último: promueve la conciencia ambiental, ya que el juguete genera un impacto positivo en la comprensión del cuidado del medio ambiente y la importancia de las plantas en nuestro ecosistema.
En los países en los que se ha lanzado FungiPot, madres, padres y la comunidad educativa lo han recibido con gran entusiasmo. Muchos destacan que es «un juguete que engancha sin necesidad de pantallas», resaltando la originalidad de los juegos integrados en la propia maceta. Además, se ha observado que FungiPot despierta conversaciones enriquecedoras sobre ecología y responsabilidad, lo que lo convierte en una valiosa herramienta en centros educativos, escuelas y talleres STEM. De esta manera, con FungiPot, el aprendizaje se transforma en una experiencia lúdica y significativa, donde la tecnología y la naturaleza se fusionan para crear un futuro más consciente y sostenible.
Esta innovación ya está disponible en México, marcando el inicio de una nueva era en el aprendizaje interactivo, ecológico y el fomento de valores y habilidades fundamentales a través de un juego. FungiPot está a la venta en tiendas departamentales y jugueterías del país.




























